Cada vez estábamos más cerca de reencontrarnos con la scooby. Queríamos subirnos ya para seguir viaje, pero existía un problema: necesitábamos lavar kilos de ropa y organizar el desastre que habíamos dejado en la chata. Y así fue, tardamos tres días en limpiar y acomodar todo (tan malo no fue, nos hicimos un gran asado como recompensa).