lunes, 20 de febrero de 2012

Vamos a la playa!


Aca estamos de nuevo, como ya es costumbre, después de varias semanas sin actualizar el blog, nos ponemos al dia.
La historia había quedado en Guayaquil, desde donde partimos para Montañita, el primer lugar con playa donde la scoobyneta iba a hacer una larga parada.
El camino de Guayaquil a Montañita es muy bueno, es una ruta que por momentos tiene 3 carriles, asi que llegamos sin problemas (además es todo llano). Cuando llegamos al pueblo no había mucha gente, porque todavía no era la temporada fuerte. Caminando por ahí nos reencontramos con Diego (El Cordobes) y Lucas del Renault 12 con quienes nos habíamos despedido meses atrás en Copacabana. Fuimos al Camping donde ellos estaban parando y ahí también conocimos a Franco y Gise, dos genios que vienen  subiendo desde la ciudad del Che y Olmedo,  a Gabi, un gran personaje, que los primeros días no hablaba mucho, pero cuando se solto se convirtió en un gran amigo. Ahí también conocimos a Manuel y Caro, una pareja de Colombianos que también andan dando vueltas por Latinoamerica hace un buen rato.
El 5 de diciembre festejamos el segundo cumpleaños en el viaje, Rafa paso al equipo de los 28, para festejar, improvisamos una choco torta con un toque brasilero que no quedo como planemos pero lo importante fue el amor que le pusimos. Se le hizo entrega de la camiseta del seleccionado Ecuatoriano y nos reimos mucho viendo algunos videos y fotos que los amigos de Bs. As. Le mandaron para saludarlo.
Estuvimos en el camping un par de días, pero la dueña era una vieja insoportable, asi que nos alquilamos una casa entre todos y nos mudamos. La casa estaba muy buena, era nueva y unos días después de habernos mudado llegaron unos nuevos vecinos, unos chicos de Buenos Aires que vienen subiendo tocando música que habíamos conocido unos meses atrás cuando estuvimos en Salta.
Montañita es un pueblo muy chico, el centro son 4 cuadras y ahí se conglomera toda la gente que viene de todas partes del mundo. Por esas 4 cuadras de noche casi no se puede caminar de la cantidad de gente que anda dando vueltas, las playas están también repletas de gente. Es un buen lugar para poder hacer algo de plata, porque hay tanta gente que haga lo que uno haga, se vende.
Los primeros días salimos a la vender a la playa unos burritos y nos fue bastante bien, pero  a la hora de dividir las ganancias lo que quedaba no era mucho, asi que probamos conseguir trabajo en bares y restaurantes, Pancho y Matias entraron a trabajar en un restaurant grande, pero la verdad que el trato de sus dueños y la paga tampoco eran buenos asi que solo duraron unos días. Rafa hizo su primer prototipo de sillón reciclado, hecho con botellas de plástico que quedo muy bueno y salió a ofrecerlo por los locales, pero tampoco tuvo mucho éxito.
Leo, nuestro compañero ciclista, cargo todas sus mochilas en la bici, y siguió viaje para el norte, fue una despedida temporaria, ya que en unos meses nos volvemos a encontrar en su ciudad natal, Rio de Janeiro. Gracias Leo por todo, ya van a reencontrarse la Scooby y Caisara por tus tierras.
El 15 de diciembre, llego la hora de festejar  el cumple de Matias, decoramos la casa con globos y carteles, y como el presupuesto ya estaba muy ajustado, nos quedamos en casa cenando y mirando pelciulas.
Seguimos en números rojos, Matias y Rafa, empezaron a trabajar en una choripaneria argentina, pero no funciono, asi que se pusieron a producir empanadas para vender por el pueblo y Pancho entro a trabajar de mesero en un restaurant.
La convivencia en la casa no era del todo buena, asi que ahí se quedaron los Colombianos, y en vísperas de navidad, Franco, Gise, Gabi y nosotros tres nos quedamos sin techo!, lo bueno de esto fue que ahí conocimos a un grupo de amigos genial. Unos amigos de Franco y Gise estaban viviendo en Manglaralto, el pueblo que queda al lado de Montañita, y cuando se enteraron que andábamos sin lugar donde parar, sin dudarlo nos invitaron a su casa. El Cabe, Nico, Rodri, El Pajaro, Juli, Cata y Barbi nos abrieron las puertas de su casa y con ellos y otra banda mas pasamos  una navidad inolvidable, con mucha comida, muchos brindis y guitarreadas que duraron hasta la mañana siguiente.
El mismo 25 a la tarde, salimos a buscar casa, y la encontramos, a pesar de estar a medio construir y ser un poco chica para 6 personas, Rafa se encargo de mover algunos ladrillos y cañas para que uno de los ambientes que estaba inhabitable, sea nuestra cocina y comedor.
Nuestra amiga Elin llegaba a Guayaquil desde Cartagena, asi que Pancho y Matias fueron con la Scoobyneta a buscarla, y aca la Scooby nos volvió a mostrar porque es la mas fiel de todas.
Como decíamos antes, el camino Montañita-Guayaquil, es espectacular,  para ir tardamos algo asi como dos horas y media. Llegamos al aeropuerto y nos encontramos con Elu, que después de viajar varias horas en micro y avión, finalmente llego. Salimos rápido para Montañita porque Pancho entraba muy temprano a trabajar, pero hubo un error de cálculos con el gps y nos fuimos por otra ruta. Cuando ya habíamos hecho como 4 horas y vimos lo que faltaba, nos dimos cuenta que algo estaba mal. Si seguíamos la ruta del GPS íbamos a llegar a Montañita en otras 4 o 5 horas…y encontramos un camino de unos 50km que nos conectaba con la ruta correcta para llegar, como ya estábamos muy justos con el tiempo, entramos por ahí. Ya antes de salir, la scooby tenia un problema con el embrague, pero como el camino era todo ruta, no fue mucho problema para llegar a Guayaquil. Este camino de 50km donde nos metimos era realemente impenetrable, era de noche y no había nadie y por momentos era de arena, barro, ríos…con muchas subidas, un camino para hacer únicamente con una 4x4. La scooby le puso el pecho a las balas y se metió, cuando nos dimos cuenta que era un camino terrible ya habíamos hecho unos cuantos km, la caja de cambios empezó a fallar, ya no entraba ningún cambio, asi que, en el medio de una selva, y de noche tuvimos que parar a ver que hacíamos. A lo lejos vimos un tractor que estaba parado y pudimos hacer que entre la primera y segunda marcha (mediante tornillos, alambres y arandelas) y muy despacio seguimos. Se hizo de dia y alcanzamos a uno de los tractores y nos dijo que el camino seguía siendo asi como venía hasta ahí… la scooby casi agonizando subia por caminos muy empinados, cruzaba ríos, derrapaba en la arena… por suerte unos señores que andaban con un camión por la zona nos acompañaron por si nos pasaba algo, y después de 6 o 7 horas salimos a la ruta nuevamente. La verdad que no tenemos palabras para la scooby, que en ningún momento nos dejo tirados, a pesar de haberla castigado tanto.
Bueno, después de semejante travesía, llegamos a Montañita, donde  Elin nos confeso que en un momento tuvo miedo…jeje. Quizas nosotros ya nos estamos acostumbrando (mal) a que sea como sea, la scooby llega a donde tiene que llegar.
Ya se iba el 2011, el año en el que comenzó el Scoobytrip, sin dudas muy especial para nosotros. Igual que en navidad, para el 31 a la noche éramos una banda gigante, y como aca se acostumbra a las 12 quemar un muñeco, nosotros tuvimos nuestro Papa Pitufo para que arda en llamas. También tuvimos mucha comida y bebida, pero esta vez se noto el toque argentino, hubo Choripan y Fernet para brindar. La verdad que la pasamos de diez, comimos, bebimos, cantamos y bailamos mucho, y después nos fuimos al pueblo, que estaba colapsado de gente.
Un dia en nuestra casa a medio construir, donde todos los días encontrábamos algún bicho nuevo, un alacrán se encargo de darnos un lindo susto, lo pico a Pancho en un dedo y casi de forma instantánea se le adormeció la mano y la lengua! Capturamos al agresor en un frasco y salimos corriendo para el hospital, que está a 2 kilómetros del pueblo. Hicimos dedo en la ruta y una camioneta nos llevo casi volando, luego de varias inyecciones, el equipo completo volvió a la casa, y luego de una votación, se decidió exterminar al alacrán.
La semana siguiente fuimos a hacer un poco de turismo comercial para que Elin conozca un poco mas de Ecuador, igualmente siempre al estilo scoobytrip. Fuimos a hacer snorkel a Salango, una isla que esta en Puerto Lopez (a una hora y media de montañita), el tour para los turistas costaba 25 dolares, pero nosotros fuimos a hablar con un pescador que nos llevo con su bote (y los equipos de snorkel que alquila su hija) por solo 6 dolares. Estuvo muy bueno, vimos peces de muchos tamaños y colores, estrellas de mar azules y corales.
Llego el dia de despedir a Elin, con quien compartimos dos semanas muy lindas! Queremos agradecerle por la paciencia y los cambios de ultimo momento que hicieron que recorra Colombia por completo en 2 días arriba de un bus. Matías y Rafa la acompañaron a Guayaquil a tomar el avión, esta vez en bus porque la scoobyneta no estaba en condiciones de salir a las rutas. Gracias Elu por tu visita! Ya sabes que la scooby te espera cuando quieras volver.
Al día siguiente tuvimos otra gran despedida, Franco y Gise siguieron viaje y de pronto la casa empezaba a quedarnos grande (a pesar de ser un solo cuarto con 4 camas). Queremos también agradecer a nuestros amigos rosarinos por toda la buena onda y los momentos compartidos, sin dudas vamos a extrañarlos mucho! De todas formas ya quedo arreglado el encuentro en Rosario para nuestra vuelta.
En Montañita nos reencontramos con Alan, nuestro amigo que hicimos en Uyuni, así que se vino a vivir con nosotros. Un día que coincidieron los francos, decidimos ir a visitar Los Frailes, un parque nacional que todo el mundo nos recomendaba. Entonces acomodamos la scoobyneta y salimos con Alan y Gabi para allá… y a mitad de camino, la scoobyneta tuvo su primer lesión fuerte del viaje, se nos rompió la caja de cambios. Tuvimos que volver en tercera muy despacio y llegamos a Montañita nuevamente. Los ánimos no eran los mejores, nuestra gran compañera estaba dañada y el dinero no era algo que nos sobraba, así que nos propusimos juntar plata para poder arreglarla y seguir viajando. Por este motivo nuestra estadía en Montañita se prolongo unas semanas más.
Ahí fue que conocimos a Cinthia y Camila, dos chicas argentinas que también estaban hace un tiempo en Montañita. Al poco tiempo de conocerlas ya éramos como amigos de mucho tiempo, Matías, Rafa y Alan ampliaron el negocio de las empanadas y se pusieron a trabajar junto con ellas en la producción masiva de colitas para el pelo y vinchas. El negocio fue un éxito, de una semana a la otra, casi todas las chicas del pueblo andaban con algún accesorio de “La Empresa”. Hasta llegamos a tener compras a pedido.
Como el contrato de nuestra media casa se terminaba, y comenzaba la temporada alta, el dueño nos propuso un nuevo precio, pero lejos estaba en nuestro presupuesto poder pagarlo, así que las chicas nos invitaron a su casa, en el famoso barrio “Casitas de colores” y los 6 nos mudamos para allá.
Conseguimos un mecánico especializado en VW en un pueblo que estaba a unos 100km, y allá fuimos…lo que suponíamos sucedió, el arreglo fue carísimo, entre mano de obra y repuestos gastamos más de 500 dólares, un numero casi astronómico para nuestro presupuesto.
Por primera vez en todo el viaje, dejábamos a la Scoobyneta sola en manos de un desconocido, fueron unos días bastante traumáticos.
Pasaron algunos días y llego la hora de ir a buscar a nuestra querida kombi. La verdad que nunca volvió a funcionar como antes, pero al menos funcionaba.
Así que trabajamos hasta el ultimo día para poder pagarla y llego la hora de irnos de Montañita.
Gabi se quedaba en el pueblo trabajando unos meses más para juntar plata y seguir subiendo más adelante. Alan, Cinthia y Cami se unieron al scoobytrip rumbo al norte.
La scoobyneta estaba más cargada que nunca, y antes de dejar el pueblo fuimos a vender algunos artículos. En menos de 3 horas vendimos las dos tablas de surf, una garrafa y una wafflera. Con menos peso y un poco mas de dinero, nos despedidnos de nuestro gran amigo Gabi y salimos a la ruta.
Ahora con la kombi arreglada, volvimos a Los Frailes, un lugar realmente increíble, con playas paradisiacas y un paisaje de película. Como es un parque nacional, solo pudimos quedarnos hasta las 5 de la tarde, porque se cierra y todo el mundo tiene que salir.
Seguimos viaje rumbo a Canoa, una playa que muchos viajeros nos habían recomendado, pero para nuestra sorpresa, el lugar no era muy lindo, después nos enteramos que a causa de las lluvias el rio que desemboca en esa playa había arrastrado mucho barro, plantas y troncos.
Pasamos un día ahí y la scoobyneta fue rumbo a una nueva capital, Quito.  El camino fue mejor de lo pensábamos (la idea de tener que entrar nuevamente en las sierras nos asustaba un poco) pero la scooby otra vez volvió a fallar, el embrague empezó a funcionar mal y de solo pensar que otra vez teníamos que bajar el motor, comprar repuestos, etc , etc, etc, nuestros ánimos andaban por el piso. Para completar, llegando a Quito, un impresentable nos hace una multa por andar en el centro con número de placa prohibido para ese día (en Quito hay una ley que prohíbe la circulación de vehículos un día a la semana según su placa) casi creyendo que era un chiste (nuestra placa viene de 13.000 km más abajo…) pedimos que nos deje seguir o estacionar hasta la hora que estaba permitido circular, pero no hace falta que expliquemos en este blog como es esa gente…por algo tienen la “profesión” que tienen… La scoobyneta termino detenida en un estacionamiento de la policía. Al principio todo estaba tranquilo, pero cuando nos informaron que teníamos que pagarles 100 dólares y esperar hasta el otro día para sacar nuestra casa de ese lugar, todo se puso un poco más caliente. Empezamos pidiendo por favor que nos dejen sacar la kombi para poder dormir y terminamos a las puteadas con algunos personajes que trabajaban ahí, la cosa fue que pagamos la multa y cuando quisieron ponerle fajas a la scooby les dijimos que si se quedaba ahí, íbamos a hacer un inventario de todo lo que teníamos adentro, porque no confiamos en la gente que viste uniformes. Al ver que no parábamos de sacar cosas, y que nuestro plan era inventariar hasta el último tornillo de la kombi, cedieron y nos dejaron ir. Pasamos un momento bastante feo, que sumado a la noticia de la nueva falla de la camioneta, nos tenía un bastante bajonados. Pero como ya dijimos en algún momento…viajando nos dimos cuenta que son muchas más las personas buenas que las que andan complicando la vida de los demás…
Estábamos estacionados en una estación de servicio, que fue nuestra casa por dos días y de pronto se acerca un señor a preguntar de quien era la kombi. Nos pusimos a hablar y saca una tarjeta de su taller, casualmente, especializado en Volkswagen. No podíamos creer lo que estaba pasando, pero también sabíamos que no contábamos con mucho dinero para pagar el arreglo. El señor nos dijo que llevemos la kombi la otra semana a su taller que el la iba a revisar. Le explicamos nuestra situación económica y lo que vamos a contar ahora, todavía nos tiene sin palabras:
Patricio, el mecanico, nos dijo que nos regalaba el repuesto del embriague y que después arreglábamos por el tema de la mano de obra. Pancho en ese momento (y como en muchos otros momentos…) vestía su querida camiseta de Racing Club de Avellaneda, y Patricio nos dijo que nos iba a ayudar a cambio de la camiseta de la Academia. Nadie podía creer lo que estaba sucediendo, y mucho menos Pancho, su amor incondicional blanquiceleste estaba dándole una nueva alegría a 13.000 kilometros de distancia.
Mientras nos preparábamos para ir a festejar lo que había sucedido, se nos acerca un chico preguntando si nos íbamos a quedar más tiempo en Quito, ahí conocimos a Pedro. El nos conto que hace unos años hizo un viaje similar al nuestro en su kombi y nos ofreció su casa para que nos quedemos los 6 hasta que solucionemos el problema de la Scoobyneta. No tenemos palabras para agradecerle a Pedro lo que hizo por nosotros, sin conocernos, nos dio las llaves de su casa y nos recibió como si fuéramos sus hermanos. El tiene un taller de serigrafía y nos va a ayudar también con unas remeras del scoobytrip para poder vender en el viaje.
Hoy estamos escribiendo esto desde su oficina, es Lunes y ya es muy tarde, asi que disculpen los errores gramaticales y "demases" cuestiones ortograficas.  El miércoles tenemos que ir a llevar la Scooby al taller de Patricio, el mecanico Racinguista.
Ese dia en la estación de servicio de Quito fue uno de los más lindos del viaje, la verdad que es genial saber que hay gente tan generosa dando vueltas por ahí.
Sin dudas Pedro y Patricio son unas de esas personas que vamos a tener siempre presentes cuando contemos las anécdotas de este viaje.
Hasta la próxima!







4 comentarios:

Víctor Hugo dijo...

Sigue siendo apasionante "prenderse" en la lectura de sus aventuras y, por suerte pocas, desventuras.- (Pancho, menos mal que nos enteramos de tu incidente con el alacrán en "tiempo pasado", intento imaginarme la situación en casa si hubiera sido "just in time").- Comparto con ustedes aquello que rescatan, en una parte del relato que acaban de subir a la página, que por suerte en la ruta se han encontrado con más gente buena que con aquella poco deseable de cruzarse, pero agregando algo que le decía a Pancho chateando el otro día: esa "suerte" se la ganan los que se conducen como corresponde por el camino.- Sigan como hasta ahora que no variarán esas "proporciones".- Como es habitual, espectaculares las fotos que nos ilustran el recorrido.- Un fuerte abrazo.-

Betina dijo...

hola muchachitos!!!!!!!!!! bellísimas las fotos! y el relato alucinante!!!!!!Cömo zafaste Panchito, con el alacrán!!!!!!!!!que susto! puede ser mortal!!!!!!!!! menos mal que llegaron a tiempo. Que linda gente están conociendo, y que felices se los ve! sobre todo a Maty! jajajaj....Realmente se merecen lo que van encontrando en su camino!!!Estoy muy feliz por este sueño que estan realizando! y epero que se cure la Scooby!!Un abrazo de oso para todos!especialmente para vos Panchito! Te amo!!!!!!!!! Mamá.

Anónimo dijo...

Siempre es hermoso saber de sus andanzas. Todos, desde donde estemos, viajamos un poco en sus palabras.
Les dejo un link de otro empedernido viajero: http://acrobatadelcamino.blogspot.com/2008/12/vagabundeando-en-el-eje-del-mal-versin.html

abrazo, fede.

Clari dijo...

Por lo que se ve en la foto la pasaron increíble! Con mis amigas también quisimos hacer un viaje a Guayaquil, un poco de playa, un poco conocer sitios increíbles pero siempre estando juntas divirtiéndonos.